domingo, 25 de julio de 2010

SOLICITUD CON FIRMAS DIRIGIDA AL AYUNTAMIENTO Y A LA PRESIDENTA MUNICIPAL DE MÉRIDA PARA QUE SE RETIRE EL MONUMENTO A LOS MONTEJO DEL REMATE HOJA 1

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sábado, 24 de julio de 2010

Algunas ideas básicas pero importantes sobre el infeliz monumento a los Montejo y sus implicaciones y secuelas

Historia y Memoria, Pasado, Presente y Futuro.

Iván Vallado Fajardo

Los monumentos son un símbolo cultural de la sociedad que deben ser positivos. Respecto al monumento a los Montejo, no se trata de una competencia infantil entre fanáticos de dos equipos de fútbol. O sea, no se trata de quienes eran mejores, los mayas o los españoles. Se trata de no festejar procesos de dominación de ningún pueblo. Y el estatua en cuestión lo celebra.
Si los creadores de la idea no lo vieron así, pues ya se les dijo, ya es patente que a muchos no nos gusta. [Véase http://vamosatirarelracismo.blogspot.com y “Los que no queremos una estatua de Francisco de Montejo en Mérida en Facebook]. El estatuado no es amado de forma unánime, por tanto, creó y crea encono y controversia. Para muchos es ofensivo, para otros penoso, para otros más una vergüenza. Y los que lo festejan parecen haber cayado, tienen la cabeza agachada.
Como expliqué antes (por Esto! 25/06/2010), en el siglo XXI la causa de Montejo y sus soldados ya no tiene sentido, ni partidarios (a menos que sean anacrónicos o racistas). Las disculpas sobre los métodos de la conquista existen desde el siglo XVI por parte de la misma Corona española. Lo mismo hicieron los reyes de España tras la muerte del dictador totalitario, el “generalísimo” Francisco Franco.
El pleito no es con España y no lo fue en muchas ocasiones durante la misma Colonia, cuando la Corona emitió reformas sociales que no se obedecieron. Fueron los colonos, criollos y descendientes de Conquistadores los que siempre se negaron a cumplir lo que no les convenía: se negaron a no hacer esclavos, se negaron a perder sus encomiendas, se negaron a dar libertades a los indios, se negaron a respetar sus propiedades y se negaron a casarse con las indias (hacerlas sus mujeres legítimas) con las que fornicaron por generaciones hasta hacer nuestro mestizaje.
No nos hagamos tontos. La “sangre” que tanto preocupa a los anacrónicos o racistas (un líquido rojo con glóbulos blancos y rojos y algunas cosas más, que es básicamente la misma en toda nuestra especie) se mezcló desde el comienzo hasta en las mejores familias. Nada más que por racistas lo ocultaron. No es nada nuevo: desde finales el siglo XIX en que se discutieron estas cosas, el entonces obispo Crescencio Carrillo y Ancona, notable e historiador de Yucatán, señaló esta existencia de “abuelas indias” en todas las familias yucatecas. O ¿qué hicieron los conquistadores por varios años, mientras llegaban las mujeres blancas de España? ¿Ver la TV?
La Corona estableció la legalidad de las uniones con las indias desde 1512. O sea, años antes del descubrimiento de Yucatán y de su Conquista. ¿A caso hoy en Yucatán, por fuerza de la tradición, y con ciertas variaciones, no todavía existe “la casa chica” de la Xun?
Fueron pues los colonos, los “recienllegados”, los criollos engreídos, los ganapanes abusivos y desde luego los descendientes de conquistadores (que ordinariamente eran de la peor calaña) los que con sus modos de ser y hacer dieron vida real a las colonias e hicieron de la realidad americana un universo de abusos y contradicciones frecuentemente narrada en informes a las autoridades llenos de exageraciones y mentiras contra los indios e incluso contra ellos mismos como rivales.
Una magnánima fábrica de chismes, adulaciones y falsedades que se proyecta hoy desde el chismorreo popular hasta los discursos de nuestras más altas autoridades: Nadie fue el culpable de la muerte de los niños de la guardería ABC. Paulete se suicidó sola (ya que no se pudo involucrar a las chachas). Nunca ha habido fraude electoral. Tampoco hay políticos corruptos en mi partido. Bla, bla, bla.
Escuche usted un informe presidencial con cuidado y luego pregúntese ¿de que país estaba hablando el “Capitán General”?
Nuestros presidentes, como su máximo ancestro simbólico, Hernán Cortés, siempre andan pintándonos un México perfecto, que sin ellos estaría a punto de sucumbir en el averno, siempre nos están salvando de algo y siempre les debemos sumisión. Siempre somos la tierra más hermosa, la más fértil, la más rica, la más… y ellos nuestros salvadores.
En realidad, como país siempre estamos hundidos en la mediocridad y rivalizando entre nosotros mismos: maltratando a nuestra propia gente, burlándonos de su modo de vestir o hablar o del color de su piel, mal pagándoles por su trabajo (“total son indios”), pendejeando al patrón “tonto” que no te trata mal, desperdiciando recursos públicos (“total son del gobierno”), abusando corruptamente de las amistades –palancas- bien paradas. O bien, insultando a los políticos cuando están lejos, pero lamiéndoles la suela de sus zapatos cuando los tenemos enfrente para pedirles un favor especial, etcétera.
Este es México. Este es el legado de la Colonia, hecho en buena parte por la España imperial (tributos, oro, planta, etc.,), pero complementado con el hábil y lúcido trabajo de nuestros descendientes ya americanos. Y claro que éstos se sentían muy europeos, pero no lo eran. En España no eran más que- para decirlo con un neologismo moderno y común- unos viles nacos. ¡Oh, nuestros patéticos indianos!
Y claro que hubo indios involucrados. Caciques de mala gana, empleaduelos de los conquistadores (ancestros de los lamesuelas) que aprendieron y ejercieron los rituales del poder en la América virreinal: ser servil con el de arriba y patearle el trasero al de abajo. ¿Cuántas veces no son los mismos indígenas que maltratan a otros indígenas?
Pero vale para todos lados. ¿Cuántas veces no son los mismos “blancos” –como se decían los criollos del siglo XIX- que maltratan a otros blancos? Y ahora que hemos visto al PAN gobernar el país por más de un sexenio, ¿qué pasó? No están algunos de sus miembros que se la dan de “blancos de recio abolengo” medrando en los programas federales del gobierno como lo hacían los “mestizos populistas” del viejo PRI?
Entiéndase, en todas “las razas” se cuecen habas. Por eso, en lugar de seguir con la torpe competencia de que “fue mejor fulanito que menganito”, debemos de reprobar los métodos de dominación y la “gran” herencia cultural práctica que dejaron en nosotros.
En Yucatán, todos fuimos amantados con el racismo y la discriminación. Lo llevamos casi en los genes. Y no puede ser de otra forma, porque fuimos creados en una sociedad racista, discriminadora y clasista. De un lado o de otro, entre nuestros iguales siempre hay: piojos, nacos, “indios de miarda” -con “a” como decimos los yucatecos-, chakas, arribistas, “nuevos ricos”, igualados, presumidos, payasos, engreídos, aduladores, envidiosos, etcétera.
Y como sea, la fusión se dio. Por ejemplo, la mayoría de la población yucateca (y mexicana) hoy es católica, y ya. Tienen derecho indiscutible a serlo porque vivimos en una sociedad regida por una Constitución política liberal (1917). Y lo que quedó de la cosmovisión maya, pues quedó, y ya. También tienen derecho inalienable de seguir siendo lo que son porque también viven en México al amparo de nuestra Constitución. Y si los mayas y católicos de hoy (que son los mismos en proporciones significativas) quieren indagar en sus pasados en busca “la esencia pura” o algo así, pueden hacerlo.
Personalmente creo que no se puede viajar a un pasado que ya no existe. El famoso “túnel del tiempo” era un programa de ciencia ficción, nada más. Lo que fue borrado, fue borrado. Pero en todo caso –eso sí- un pueblo puede recrearse, que no es lo mismo, pero sí muy importante. Los pueblos se recrean constantemente con lo que son, con lo que hacen y con lo que harán. Eso que ni que.
Todo yucateco de hoy nació cuando mucho hace un siglo. La Conquista ocurrió en el siglo XVI, hace casi 500 años. Por tanto, nadie del presente es culpable del etnocidio incompleto, sólo se trata de que se tome conciencia de lo horrible que fue, de que no debe volver a repetirse, de que no se le debe nada a ningún conquistador y de que no debe festejarse con un monumento a los Montejo.
No me parece que haya que cambiar nombres de avenidas, ni poner a Nachi Cocom y/o Cecilio Chí en vez de los Montejo. No es vendetta. Nadie tiene por qué arrancarse el color banco o el moreno de su piel, ni vamos a dejar de hablar nuestro fantástico español. Aunque debiéramos hacer algo para que, como pueblo, recuperemos la maya: somos la nación (México) de más hispanoparlantes del planeta.
Además el Paseo Montejo como tal no es una herencia del conquistador, Francisco de Montejo “el adelantado” murió en 1553. El Paseo de Montejo es una herencia de la oligarquía henequenera porfiriana. Una banda de pelafustanes engreídos, orgullosos y racistas que por ser ricos y explota-indios se dieron sus lujos. A mi tampoco me gustan, pero afortunadamente también pasaron a la historia. El Paseo en sí, como avenida de la ciudad, es muy bonito. ¿Para qué cambiarle de nombre? ¿Para borrar la memoria de una época de un Yucatán profundamente escindido entre clases laborantes y micro-oligarquía malinchista? No estoy de acuerdo: mi deber no es borrar “lo malo” como tanpoco es festejarlo con estatuas a los Conquistadores. Mi deber es enseñar a las nuevas generaciones las versiones completas de lo que ocurrió y enseñarles el significado de las cosas por su origen. Ese es mi trabajo como padre y como ciudadano. Entre otras cosas, para eso hay que saber un poco de nuestra historia.
Las nuevas generaciones deberán saber sobre el pasado y sacarán sus cuentas y harán elecciones sobre lo que les parezca o no memorable, pero hay algo que tienen que aprender que, al parecer, nosotros no hemos aprendido: somos el producto de una mezcla y ya nada se puede hacer. Ya no somos más de un lado, ni del otro.
Ser mestizos es algo contradictorio, por eso nos crea conflicto: desamor propio, complejo de malix, malichismo, falta de respeto con el prójimo, soberbia, engreimiento, sentirse bien al tener más que los demás, gozar por sentirse superior, por tener gente (humanos) a tu servicio, presumir las propiedades, el color claro de la piel, la ascendencia extranjera del apellido, etc. Todos estos no son sino síntomas de una sociedad traumada (con politraumatismos diría yo) que no ha sabido cicatrizar sus heridas y superar su pasado.
Y si nuestra historia hasta allí llegara, qué feliz sería, pues como nosotros –los vivos de hoy- nos habremos a de morir, las nuevas generaciones vendrían libres de menudos traumas. Pero no es así: nosotros los educamos, les enseñamos, los criamos. Desde la cuna, amamantamos a nuestros niños con estos prejuicios “con la leche templada –diría Serrat- y en cada canción”.
Nos preocupamos de que tengan “roce social con los pudientes” como si el resto de la gente, los no pudientes fueran animales. Queremos que “sean alguien” como si no fuésemos alguien de sí. Queremos que se lleven con “las familias conocidas” y esas barrabasadas discriminatorias y antihumanitarias. Queremos que frecuenten con “la gente bien” como si la gente sin baro fuese mala, ladrona o qué. Amen de que en este país mucha gente de baro lo hizo “mal habido” en donde pudo, llámese negocios, política, corrupción, etc.
Y como nosotros lo hemos hecho, ellos recrearán y reproducirán la eterna maldición amarse un poco y de odiarse mucho al mismo tiempo, tanto como individuos como comunidad, como pueblo. Estas es “la maldición de Maliche” a la que se refería Gabino Palomares. Creo que Palomares la sentía y la reprobaba, pero no la había terminado de entender porque no es maldición, no es etérea ni está fuera de nuestro alcance. Todo lo contrario: es nuestra cultura y la practicamos todos los días. Y es la que produce una asquerosa soledad que no tiene salida y que hace dramática y fatalista la vida del mexicano. Octavio Paz le llamaba El laberinto de la soledad.
Como sea, es menester decir que todos los tiempos pueden ser buenos para la conciliación social y cultural que, evidentemente, todavía nos falta. Son tiempo de sacudirnos de prejuicios y de pensar en el futuro. Es en el futuro en “lo que queremos ser” en donde está lo importante, no en lo que ocurrió en el pasado. Y de mi parte, ese futuro, esa utopía -diría un profe mío- la queremos vivir entre iguales, sin discriminación étnica (ni de género, ni de preferencia sexual), ni racismo.
Bueno y para todo esto: ¿Qué hacer entonces en “el remate” si se quita el mentado monumento?
¿Por qué no preguntar a la gente? ¿Por qué no hacer una consulta ciudadana? ¿Por qué no pedir propuestas? ¿Por qué no recrear o refundar este tipo de acciones de gobierno, en vez de repetir la penosa erección de último monumento en el último momento?
¿Cuándo comenzaremos a tener gobiernos que nos tomen en cuenta antes y no después de hacer las cosas?
Creo que la infeliz historia de monumento a los Montejo, sin querer, nos ha dado esta oportunidad. ¿Habremos de aprovecharla?

Dedicado a los compañeros de: Los que no queremos una estatua de Francisco de Montejo en Mérida, del Facebook.

miércoles, 21 de julio de 2010

SOLICITUD DIRIGIDA AL AYUNTAMIENTO Y A LA PRESIDENTA MUNICIPAL DE MÉRIDA PARA QUE SE RETIRE EL MONUMENTO A LOS MONTEJO DEL REMATE

Al H. Ayuntamiento de la Ciudad de Mérida, Yucatán, México
A la Ciudadana Arq. Angélica del Rosario Araujo Lara.
Presidenta Municipal de la ciudad de Mérida, Yucatán, México.
P r e s e n t e s:
Los abajo firmantes, ciudadan@s, mexicano@, en pleno uso y goce de nuestros derechos civiles y políticos, mayores de edad y señalando como domicilio para oír y recibir toda clase de notificaciones la casa marcada con el número 161 de la calle 20 letra i, por la calle 23 del fraccionamiento El Ramonal de esta ciudad de Mérida, Yucatán, Estados Unidos Mexicanos.
Al tenor, con fundamento en los artículos 1°, 2° y 8° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en el artículo 2° de la Constitución Política del Estado de Yucatán, venimos por medio de este escrito a manifestarle los siguientes:
Considerandos
I.- Que la llegada de los invasores españoles a las tierras mayas significó enorme destrucción de las culturas y de los pueblos originarios.
II.- Que los europeos dejaron a su paso una estela de muerte y destrucción.
III.- Que su comportamiento no debe hoy presentarse como modelo a seguir.
IV.- Que en particular la invasión de Yucatán se caracterizó por su extrema violencia, abusos, despojo de tierras, riquezas, violaciones, torturas, vejaciones, asesinatos, trabajos forzados, esclavitud, enfermedad y muerte, en fin un genocidio y un etnocidio que continúa hasta nuestros días.
V.- Que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su articulo 1 establece que: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. Y que la Constitución Política del Estado de Yucatán en su articulo 2° establece que: “ Queda prohibida toda discriminación por raza, origen étnico, nacionalidad, género, edad, discapacidad, condición física, social, económica o lingüística, preferencias, filiación, instrucción, religión, ideología política, o cualquier otra que menoscabe la dignidad humana, los derechos y libertades de las personas.
VI.- Que, asimismo, nuestra Constitución Federal establece en su articulo 2° que: “La Nación Mexicana es única e indivisible. La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas. La conciencia de su identidad indígena deberá ser criterio fundamental para determinar a quiénes se aplican las disposiciones sobre pueblos indígenas.”
Mientras que nuestra constitución local establece que el Estado tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en el pueblo maya, el cual desciende de la población que habitaba la península yucateca al iniciarse la colonización; que conserva sus propios conocimientos, manifestaciones e idioma, así como sus instituciones sociales, económicas y culturales o parte de ellas. La conciencia de la identidad maya de Yucatán es el criterio fundamental para determinar que a una persona le son aplicables las disposiciones sobre el pueblo maya yucateco y sus comunidades.”

VII.- Que en ese contexto erigir una estatua a dos de los más sanguinarios invasores que la historia de Yucatán haya conocido, tal como hizo la anterior administración municipal de manera vergonzante el último día de su gestión, con el argumento históricamente equívoco de que son los fundadores de la ciudad de Mérida, constituye un acto de propaganda a favor del racismo y la discriminación que nuestras leyes fundamentales prohíben, es entonces una forma por demás grotesca de homenajear a los verdugos de los hombres y mujeres que fueron injustificadamente asesinados, despojados y sometidos a esclavitud.

Por lo anteriormente expuesto:

A ESE H. AYUNTAMIENTO DE LA CIUDAD DE MÉRIDA,YUCATÁN, MÉXICO Y A USTED CIUDADANA PRESIDENTA MUNICIPAL LES SOLICITAMOS ATENTAMENTE:
PRIMERO.- El retiro inmediato de las dos estatuas de los Montejo, padre e hijo, de la principal avenida de esta ciudad.
 SEGUNDO.- La revisión del convenio de donación a Prohispen. 
TERCERO.- Que este Cabildo revise la actuación de quienes hoy ostentan el título de cronistas de la ciudad, entre quienes por cierto no hay ninguna mujer.
 CUARTO.- Que el Ayuntamiento emita a la brevedad una convocatoria para recibir propuestas acerca del monumento que la ciudadanía quiere erigir en ese espacio conocido como “remate” con miras a instalar la propuesta que resulte en una fecha significativa próxima. 
QUINTO.- Como parte de los festejos del Bicentenario renombrar a la avenida referida como Paseo del Bicentenario o Paseo de la Ciudad. SEXTO.- Que esta ciudad honre a todos sus habitantes y sea renombrada, como parte de los festejos del Bicentanario, Mérida-TJo’.
Protestamos lo necesario.
En la ciudad de Mérida, Yucatán, Estados Unidos Mexicanos, a los veinte días del mes de julio del año de dos mil diez.

viernes, 16 de julio de 2010

Montejos para el bicentenario

Publicado en Reforma, Sección Cultura, el 16 de julio de 2010.


por José Ramón Enríquez


Liberal e ilustrado, Manuel José Quintana quiso resolver la memoria dolorosa del expolio a los indios americanos con un endecasílabo: “Crimen fueron del tiempo y no de España”.

No es posible hacerlo. El tiempo transcurre sin responsabilidad alguna y España es una abstracción llena de concreciones personales. Pero las personas sí son responsables de su crimen, y esa responsabilidad no se borra con un endecasílabo.

Es exactamente como hoy en España. El Juez Garzón es tan español como los fascistas que en la Guerra y en el franquismo asesinaron españoles en cunetas y los enterraron en fosas comunes. Ya Machado lo decía en su momento: “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón.”

No todos los que de una u otra manera formamos España (sea por nacimiento en la Península, sea por mestizaje en estas tierras, sea simplemente por el hecho de tener como nuestra la lengua de Castilla) somos encomenderos, conquistadores a sangre y fuego, violadores o asesinos. Tampoco tenemos por qué aceptar moralmente todo lo que significó la Conquista, por más sangre española que tengamos en nuestras venas, ni festejar un etnocidio que llega a nuestros días.

Hablo de esto porque se acaba de levantar una estatua a los Montejo (al Adelantado y al Mozo, les faltó el sobrino) en el Remate de un Paseo que lleva su nombre, en la hermosa ciudad de Mérida, que se llama Blanca porque nunca fue tomada por los Indios durante la Guerra de Castas (lo supe por Hernán Lara Zavala en su extraordinaria novela Península, Península).

Tal monumento (que desconoce por cierto la proporción, no digamos la áurea) ha levantado una polémica entre “antihispanistas” y “prohispanistas”. Yo desde luego soy de quienes piensan que es una afrenta levantar una estatua a los Conquistadores precisamente en el año del bicentenario de la Independencia.

Los suyos no fueron crímenes del tiempo. Contemporáneos y compatriotas suyos ya señalaban el “encuentro” como crimen y hasta como pecado. No citaré a Fray Bartolomé de las Casas, finalmente el título de su principal obra lo dice todo. Haré uso del artículo del presbítero Raúl Lugo, La estatua y los pájaros, de su blog Iglesia y sociedad (raulugo.indignacion.org.mx) para tomar una cita de Fray Alonso de la Vera Cruz:

“Yo he visto más de una vez mujeres que trabajan día y noche en tareas abrumadoras. Con violencia se las forzaba a entra en un lugar, y ahí se las encerraba con los hijos que estaban criando, como si estuvieran condenadas a prisión. A causa del trabajo excesivo las mujeres preñadas padecen abortos; las madres lactantes no pueden amamantar lo suficiente a sus hijos. Los hombres encargados de tal obra tienen ocasión para ofender a Dios. Yo hablo como uno que sabe, pues yo he visto que tan injustamente se hace todo esto. Quienes exigen tal tributo, pecan, y están obligados a restituir dondequiera que puedan.”

A quienes hoy se consideren herederos de los Montejo o de los Cortés o de los Mazariegos les corresponde la restitución de lo saqueado, no el levantamiento de ninguna estatua. Mucho menos en un año que convierte su gesto además de insulto, en franca provocación.

Y nada de lo escrito es antihispanismo. Reivindico lo mucho que de España llevo en venas y en cultura, y a españoles como Fray Bartolomé, Fray Alonso, los asesinados en las cunetas por el franquismo y cuanto hoy significa el Juez Garzón.

Incantación para curarnos del racismo y la discriminación

Para el pueblo Maya
Para Ramón Arzápalo Marín
Para el Grupo Indignación

¡Nos ponemos de pie con Acantun la piedra-parlante!
¡Nos ponemos de pie con Acantun la piedra-parlante!
¡Nos ponemos de pie con Acantun la piedra-parlante!
Para llamar a a las hormigas rojas,
a las hormigas blancas,
a las hormigas negras,
a las hormigas amarillas.
Para deshacer la discriminación roja,
la discriminación blanca,
la discriminación negra,
la discriminación amarilla.
Para deshacer el racismo rojo,
el racismo blanco,
el racismo negro,
el racismo amarillo.
Somos los hijos del primer hombre de madera,
del primer hombre de piedra,
somos los hijos de los monos,
somos los hijos de las estrellas,
venimos del montón de muy lejos,
somos polvo cósmico y cantamos
con la música alegre de los astros
para sanar esta plaga, esta enfermedad.
Habremos de ahuyentar a la serpiente hooch' roja,
a la serpiente hooch' blanca,
a la serpiente hooch' negra,
a la serpiente hooch' amarilla.
Aquí es donde juntos retiramos
las serpientes hooch',
las ix hun pedz kin "la-mortal".
Habremos de retirar las cadenas rojas,
las cadenas blancas
las cadenas negras
las cadenas amarillas de las espaldas
de los brazos, de los pies , de las caderas
del primer cuerpo de madera,
del primer cuerpo de piedra.
Habremos de retirar las cadenas rojas
del cuerpo de Acantun "Piedra-parlante"
del cuerpo de la noche de donde nació.
¿Hace ya mucho tiempo que abolimos la esclavitud?
¿Qué cambiamos las sábanas simbólicas?
¿Qué es eso de cambiarnos las sábanas simbólicas?
¿Qué es eso de acabar con el racismo?
¿Qué es eso de acabar con la discriminación?
¿Qué es eso de erigir monumentos a invasores?
¿Qué es eso de burlarse del maya y del mestizo?
¿Qué es eso de que fundaron esta ciudad?
No funda el que destruye invade, viola y arrebata
No funda el agresor que le corta la lengua
a los primeros dueños de estas tierras
el que expolia no funda, ni edifica.
Aquí esta Ti Jo’ cuando llegaron.
Aquí esta Ti Jo’ y sus cinco cahob.
Aquí esta Ti Jo’ y sus cinco pueblos.
vinieron asaltaron y mataron
vinieron robaron y violaron.
¡Nos ponemos de pie con Acantun la piedra-parlante!
¡Nos ponemos de pie con Acantun la piedra-parlante!
¡Nos ponemos de pie con Acantun la piedra-parlante!
Son las capas de la cola del pájaro yaxum,
las capas de la cola del pájaro ix op.
¿Cuántas han de traerse?
Nueve capas.
De trece capas es la cola del pájaro kubul,
y la cola del pájaro yaxum.
¡Vamos a curar nuestras sábanas simbólicas!
¡Vamos a liberar nuestros cuerpos de madera!
¡Vamos a liberar nuestros cuerpos de piedra!
Retiraremos a Hunac Ah Chibal
"El-de-las-dolorosas-mordidas".
Retiraremos a Ah Chibal "El-de-las-mordidas"
Lo rojo del hombre cargado de lo blanco.
¡Vamos a liberar al palo rojo!
¡Vamos a liberar al palo blanco!
¡Vamos a liberar al palo negro!
¡Vamos a liberar al palo amarillo!
¡No dejemos que racismo nos penetre en el miembro!
¡No dejemos que racismo nos penetre en el miembro!
¡No dejemos que racismo nos penetre en el miembro!
¡No dejemos que la discriminación nos penetre en el miembro!
¡No dejemos que la discriminación nos penetre en el miembro!
¡No dejemos que la discriminación nos penetre en el miembro!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia del racismo!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia del racismo!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia del racismo!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia de la discriminación!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia de la discriminación!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia de la discriminación!
¡ Nos ponemos de pie para alejarnos de Ah Bolon Paaben "El-muy-destructor"!
Lo apartaremos con el fuego de la tierra, con el humo del cielo.
Partiremos el tiempo y lo haremos distinto con justicia.
Alejaremos a Hunac Ah Chibal "El-de-las-dolorosas- mordidas"
No dejaremos que ataque nuestro primer cuerpo de madera,
No dejaremos que ataque nuestro el primer cuerpo de piedra.
Lo partiremos en la cara del sol, en la cara de la luna.
Perforador rojo del cielo, perforador blanco del cielo,
perforador rojo del fuego, perforador blanco del fuego.
Perforador rojo de la serpiente calam,
perforador blanco de la serpiente calam.
Aquí es donde nos comenzó la dolencia.
Cuando llegaron por mar los invasores,
Cuando arrastrados como culebras
destruyeron poblaciones,
violaron mujeres, desbarrigaron a las madres,
robaron las cosechas y la leche de las madres,
de trece en trece quemaron a fuego manso
a los batabob para escarmiento de los pueblos.
¡Nos ponemos de pie con Acantun la piedra-parlante!
¡Nos ponemos de pie con Acantun la piedra-parlante!
¡Nos ponemos de pie con Acantun la piedra-parlante!
¡Vamos a curar nuestras sábanas simbólicas!
¡Vamos a liberar nuestros cuerpos de madera!
¡Vamos a liberar nuestros cuerpos de piedra!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia del racismo!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia del racismo!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia del racismo!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia de la discriminación!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia de la discriminación!
¡Nos ponemos de pie para deshacerle la dolencia de la discriminación!
¡ Nos ponemos de pie para alejarnos de Ah Bolon Paaben "El-muy-destructor"!
Amen.

Oscar Sauri Bazán


Nota:La cosmovisión del pueblo Maya, contenida en este poema, fue tomada del Ritual de Bacabes

jueves, 15 de julio de 2010

AYUNTAMIENTO CONSTITUCIONAL DE MÉRIDA, YUCATÁN, ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, ACTA DE SESIÓN EXTRAORDINARIA CELEBRADA EL DÍA 22 DE MARZO DE 2010.

AYUNTAMIENTO CONSTITUCIONAL
DE MÉRIDA, YUCATÁN, ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, ACTA DE
SESIÓN EXTRAORDINARIA
CELEBRADA EL DÍA 22 DE MARZO
DE 2010.
En la ciudad de Mérida, Capital del Estado de Yucatán, Estados Unidos Mexicanos,
siendo las díez horas del día veintidós de marzo del año dos mil díez, se reunieron
en el salón de Cabildos del Palacio Municipal, sede del Ayuntamiento de Mérida, los
ciudadanos Regidores César José Bojórquez Zapata, Luis Humberto Castillo
Barrera, Jorge Manuel Puga Rubio, Gerardo Santamaría Hernández, Mercedes
Eleanor Estrada Mérida, José Francisco Bernes Zavala, Imelda Noemy Pacheco
González, Ligia Beatriz Sosa Alcocer, Carmen Guadalupe González Martín, Luis
Jorge Vela Sosa, Flor Isabel Díaz Castillo, Omar Arturo Pacho y Sánchez, Antonio
Homa Serrano, Jorge Antonio Vallejo Buenfil, Carlos Adán Sarabia y Barrera, Isela
del Pilar Navarrete Ramírez, Álvaro Manuel Escobedo Ramírez y Elsy Beatriz Gil
Herrera, con el objeto de celebrar Sesión ordinaria para la cual fueron previamente
convocados. A continuación el Presidente Municipal dio la bienvenida a todos los
Regidores, cediéndole seguidamente la palabra al Secretario Municipal el cual dio
lectura al siguiente orden del día: I.- Lectura del orden del día; II.- Lista de
asistencia; III.- DECLARACIÓN DEL QUÓRUM LEGAL IV.- ASUNTOS A TRATAR:
a).- Someter a consideración y aprobación del Ayuntamiento, en su caso, la
propuesta que hará el Presidente Municipal, a efecto de celebrar un Convenio de
Colaboración con la persona moral denominada “Futbol de Mérida”, Sociedad
Anónima de Capital Variable. b).- Someter a consideración y aprobación del
Ayuntamiento, en su caso, la propuesta que hará el Presidente Municipal, a efecto
de celebrar un Contrato de Donación con la persona moral denominada “Patronato
Pro Historia Peninsular de Yucatán”, Asociación Civil. c).- Someter a consideración
y aprobación del Ayuntamiento, en su caso, la propuesta que hará el Presidente
Municipal, a efecto de donar a título gratuito a favor del Estado de Yucatán con
destino a la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado, el predio marcado
con el número 844 de la calle 46 letra B, del Fraccionamiento Villa Magna del Sur
del Municipio de Mérida. V.- CLAUSURA DE LA SESIÓN. Habiendo dado lectura el
Secretario al orden del día conforme a la cual se celebra la presente Sesión
extraordinaria, en cumplimiento con el segundo punto, pasó lista de asistencia con
el resultado que se señala al inicio de esta propia acta. Seguidamente el Secretario
pasó al tercer punto del orden del día y solicito al Presidente Municipal declare
instalado el Ayuntamiento para celebrar la sesión extraordinaria de cabildo, la cual
fue instalando siendo las díez horas con diecinueve minutos. Seguidamente el
secretario pasó al cuarto punto del orden del día en su inciso a) y leyó un
acuerdo que en su parte conducente dice A C U E R D O PRIMERO.- El
Ayuntamiento de Mérida autoriza celebrar un Convenio de Colaboración con la
persona moral denominada “Futbol de Mérida”, Sociedad Anónima de de Capital
Variable, que comenzará a correr y contarse a partir de la fecha de su firma y
concluirá el día treinta de Mayo del año dos mil diez, conforme al Convenio de
Colaboración que se anexa al presente Acuerdo. SEGUNDO.- Notifíquese el
presente acuerdo a la Dirección de Finanzas y Tesorería Municipal para los fines
legales que correspondan. TERCERO.- Se autoriza al Presidente, al Secretario
Municipal, a la Dirección de Finanzas y Tesorería Municipal y al Síndico, a suscribir
toda la documentación necesaria para el cumplimiento del presente Acuerdo.
CUARTO.- El presente Acuerdo entrará en vigor el día de su aprobación. Dado en
el Salón de Cabildos de Palacio Municipal, sede del Ayuntamiento de Mérida, a los
veintidós días del mes de Marzo del año dos mil diez. Seguidamente el secretario
puso a consideración el acuerdo, para la cual el Regidor Antonio Homa Serrano,
manifestó que celebra este tipo de acuerdos es en beneficio del deporte pero por
tratarse de una cantidad no menor, mencionó que le gustaría solicitar que se
tuviera algún tipo de seguimiento de la forma y la manera en que se van a aplicar
esos recursos, ya que en el anexo se señala de manera muy puntual como se va
apoyar y cuáles son las tareas que hará el club de fútbol y sería muy importante
que se supiera cómo se están gastando esos recursos, por otro lado manifestó que
este equipo ha sido apoyado también por el Gobierno del Estado, ya que es un
símbolo del Estado y de alguna manera le da orgullo a todos los meridanos tener
un equipo que pueda ascender a primera división y eso es bueno, ya que a los
niños les da de alguna manera algún ídolo en cuanto al fútbol y eso hace que las
personas se alejen de los vicios en estos días; el Regidor manifestó que en el
anexo de trabajo aparecen textualmente algunas palabras que se pudiese
malinterpretar en cuanto a estos tiempos electorales en cuanto dice que con
líderes deportivos ganamos Mérida, proponiendo en este caso que con líderes
deportivos gana Mérida, también propuso que se de seguimiento de cómo se va
integrar la directiva de dicha liga que aparece mencionada en uno de los anexos y
en la misma página, con referencia a esto señaló e hizo referencia a que el día de
la inauguración serán las autoridades municipales que se encargan de inaugurar y
mencionó que sería importante que se pudiese poner y tomar en cuenta a los tres
niveles de Gobierno para dejar en claro que es una liga de todos. Seguidamente el
Regidor Síndico se comprometió informar de cómo se van a estar ejerciendo los
recursos para este acuerdo. Seguidamente el Regidor Carlos Adán Sarabia y
Barrera, agregó que no nada más se le dé seguimiento a la propuesta, sino que
también se vuelva hacer las cosas como en un principio en que este tipo de
acuerdos se debiera de informar con mayor tiempo para que se les explique de lo
que se trata y no con dos días de anticipación se de la información al respecto.
Seguidamente la Regidora Ligia Sosa Alcocer, manifestó que en cuanto a lo que
dijo el Regidor Antonio Homa Serrano, menciono que no entiende en cuanto a los
de los tres niveles de Gobierno, ya que esto es un convenio municipal y gustaría
que le explicara a qué se refiere cuando dijo que se debiera de invitar a los tres
niveles de Gobierno. Seguidamente el Regidor Antonio Homa Serrano, señaló que
a lo que él se refería es que por cortesía el día de la inauguración se debiera de
invitar a los tres niveles de Gobierno. Seguidamente el secretario sometió a
votación el acuerdo, el cual fue aprobado por unanimidad. Acto seguido el
secretario pasó el inciso b) del cuarto punto del orden del día y leyó un acuerdo
que en su parte conducente dice A C U E R D O PRIMERO.- El Ayuntamiento de
Mérida autoriza celebrar un Contrato de Donación con la persona moral
denominada “Patronato Pro Historia Peninsular de Yucatán”, Asociación Civil
conforme al Contrato de Donación que se anexa al presente Acuerdo. SEGUNDO.-
Notifíquese el presente Acuerdo a la Dirección de Finanzas y Tesorería Municipal
para los fines legales que correspondan. TERCERO.- Se autoriza al Presidente, al
Secretario Municipal, a la Dirección de Finanzas y Tesorería Municipal y al Síndico,
a suscribir toda la documentación necesaria, para el cumplimiento del presente
Acuerdo. CUARTO.- El presente Acuerdo entrará en vigor el día de su aprobación.
Dado en el Salón de Cabildos de Palacio Municipal, sede del Ayuntamiento de
Mérida, a los veintidós días del mes de Marzo del año dos mil diez. Seguidamente
el secretario puso consideración el acuerdo, no habiendo intervención alguna
sometió a votación dicho acuerdo, el cual fue aprobado por unanimidad.
Seguidamente el secretario pasó el inciso c) del cuarto punto del orden del día y
leyó un acuerdo que en su parte conducente dice A C U E R D O PRIMERO.- El
Ayuntamiento de Mérida autoriza la desincorporación del predio marcado con el
número 844 de la calle 46 letra B, del Fraccionamiento Villa Magna del Sur del
Municipio de Mérida del dominio público. SEGUNDO.- El Ayuntamiento de Mérida
autoriza donar a título gratuito a favor del Estado de Yucatán con destino a la
Secretaría de Educación del Gobierno del Estado, el predio marcado con el número
844 de la calle 46 letra B, del Fraccionamiento Villa Magna del Sur del Municipio de
Mérida. TERCERO.- El Estado de Yucatán conjuntamente con la Secretaría de
Educación del Gobierno del Estado, única y exclusivamente podrán destinar el
predio marcado con el número 844 de la calle 46 letra B, del Fraccionamiento Villa
Magna del Sur del Municipio de Mérida, que se les otorga en donación a título
gratuito, para la construcción de un jardín de niños y de una Escuela Primaria de
nueva creación. CUARTO.- El predio marcado con el número 791 de la calle 71
diagonal, que proviene de la división del predio número 844 de la calle 46 letra B,
del Fraccionamiento Villa Magna del Surdel Municipio de Mérida y que se otorga en
donación a título gratuito a favor del Estado de Yucatán con destino a la Secretaría
de Educación del Gobierno del Estado, no podrá ser enajenado bajo ningún título,
gravado o arrendado, sin previa autorización del Ayuntamiento del Municipio de
Mérida. QUINTO.- El Estado de Yucatán conjuntamente con la Secretaría de
Educación del Gobierno del Estado, tendrán a su cargo la conservación y
mantenimiento del predio objeto de la donación. SEXTO.- La donación del predio
marcado con el número 844 de la calle 46 letra B, del Fraccionamiento Villa Magna
del Surdel Municipio de Mérida, quedará sin efecto si el Estado de Yucatán
conjuntamente con la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado, no
cumplen las condiciones señaladas en los puntos de este Acuerdo y si el inmueble
se utiliza para un fin distinto al autorizado, en cuyo caso el predio motivo de la
donación se revertirán al patrimonio del Municipio de Mérida, con todo lo físico y
construido en el. SÉPTIMO.- El Ayuntamiento de Mérida autoriza al Presidente y
Secretario Municipal, a suscribir toda la documentación necesaria, así como la
respectiva escritura pública de donación a título gratuito a favor del Estado de
Yucatán con destino a la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado, para el
cumplimiento del presente Acuerdo. OCTAVO.- El presente Acuerdo deberá
publicarse en la Gaceta Municipal. TRANSITORIOS ÚNICO.- Este Acuerdo entrará
en vigor el día de su aprobación. Dado en el Salón de Cabildos de Palacio
Municipal, sede del Ayuntamiento de Mérida, a los veintidós días del mes de marzo
del año dos mil diez. Seguidamente el secretario puso consideración el acuerdo, no
habían intervención alguna sometió a votación dicho acuerdo, el cual fue aprobado
por unanimidad. No habiendo más asuntos que tratar y en cumplimiento del quinto
punto del orden del día, el Secretario solicitó al Presidente Municipal declare
clausurada la presente sesión, la cual fue clausurada siendo las diez de la mañana
con cuarenta y tres minutos y válidos los acuerdos aprobados. Doy Fe.

lunes, 5 de julio de 2010

Reflexión Urbana

KUXA´ANO´ON A.C. FORO PERMANENTE SOBRE CULTURA INDÍGENA

Ante la persistente invasión colonialista, la resistencia del pueblo maya permanece y se fortalece. La presencia y la vigencia de nuestra genética ancestral, nos compromete a actuar con responsabilidad en defensa de nuestra identidad y de nuestras raíces. En el contexto de esa identidad, nace la pluralidad cultural que la historia define con mucha claridad, es también donde se da el abuso de “poder” con su plataforma de dominación colonialista y el espacio donde revolucionamos nuestra conciencia histórica de quiénes somos y qué nos pertenece por derecho. La conciencia de quienes somos tiene su origen en nuestras tradiciones, en nuestras leyendas, en nuestro legado cultural, en nosotros mismos y en la afirmación de nuestros valores donde las viejas estructuras de “la casta divina”, ante la desesperación de su agonía, resaltan sus añoranzas, sus nostalgias hacendarias y esconden de manera vergonzante sus orígenes, imitando poses de culturas occidentales, aplicando con saña el racismo y la discriminación. Esta es la actitud de las autoridades locales municipales que en vísperas de pasar a la historia como auténticos anti indigenistas, asumen acciones intentando tergiversar hechos históricos al proponer cambiar el curso de nuestra identidad, imponiendo a la sociedad, porque así les nació y creo que fue la decisión de una sesión de cabildo, la escultura de Francisco de Montejo a quien señalan como fundador de la ciudad de Mérida. ¡Falso! Francisco de Montejo no fue el fundador de esta ciudad, fue eso si, el destructor de la antigua Ichkansijó, fue el que vino a romper la armonía de la nacionalidad maya, fue el que con la espada y la cruz rompió la cosmogonía de nuestra nacionalidad, fue el que inició el sometimiento brutal de nuestro pueblo, el que sembró la violencia, fue el que asesinó a mujeres, niños y ancianos en su afán “civilizador”. Hoy en día, con otras estrategias los descendientes del colonialismo quieren continuar sus acciones malinchistas, represoras, misóginas y de barbarie asesinando la historia. Estos son los verdaderos propósitos de las autoridades municipales de Mérida quienes emulando a Justo Sierra O´Really, ya quisieran que desapareciera nuestra cultura, ellos son los que niegan nuestra genética ancestral y la de ellos mismos desconociendo a sus padres, dándonos lástima y vergüenza.
Kuxa´ano´on A.C. (vivimos) somos una nacionalidad viva con identidad propia, identidad que nos fortalece la diversidad cultural de nuestras nacionalidades, es el muro de contención para frenar todo lo que atente contra el universo indígena.
Somos los que atendemos con claridad la historia, pero la nuestra, porque somos actores, no espectadores. Porque la heredamos de nuestros abuelos, quienes iniciaron la resistencia por no aceptar a falsos redentores como Francisco de Montejo.
Somos los que convocamos a todas las organizaciones indígenas y asociaciones hermanas del territorio maya, para iniciar una cruzada y quitar la escultura de Francisco de Montejo de este lugar, su develacion representa una agravio para el gran pueblo maya.
Kuxa´ano´on A.C al luchar y defender los derechos de los indígenas, convoca a a la Sociedad Civil Organizada del territorio maya a manifestarse y protestar enérgicamente ante la aberración cultural que significa que el autor del etnocidio en nuestra tierra ocupe un lugar que no le corresponde.
Artemio Kaamal Hernández
Coordinador General de Kuxa´ano´on A.C
Bartolomé Alonso Caamal
Maya´on A.C.
Marcos Xiu Cachón
Kuxa´ano´on Quintana Roo
Genaro Pool Jiménez
Kuxa´ano´on Norte Quintana Roo
Jaime Novelo González
Subcoordinación Kuxa´ano´on Yucatán
Luis Serrano Trujillo
Asesor de Kuxa´ano´on
Patricia Palma Olvera
Barzón Quintana Roo
Flor Rouco Pacheco
Coordinacion Municipal Barzón Mérida
María Acid Caytán
Fuerza de la Palabra A.C.
Sara Canto Madera
Unidos contra Misoginia Qroo.
Rafael Castillejas
Frente Unido Popular A.C.
Justino Días Cambranes
D.C. Protección Consum. y Prácticas Monopólicas

Monumento a los Montejo. ¿Compromiso histórico?

Por Iván Vallado Fajardo

El viernes 25 de junio se publicó en el Por Esto! una colaboración mía en al que dije que erigir un monumento a los conquistadores (Montejo) era absurdo. Sostuve también que quienes aprobaron el asunto (regidores del Cabildo) eran ignorantes que desconocían lo que había sido la conquista de Yucatán. Sabía, obviamente, que una nota periodística era insuficiente para que el alcalde adoptara una actitud sensata, y sabía que –por el orgullo o simple cerrazón- el monumento se inauguraría.

De cualquier modo, ya está hecho. Como han señalado varios interlocutores (el Dr. Yuri Balam, por ejemplo), somos el lugar donde en pleno festejo del bicentenarios de la Independencia y centenario de la Revolución se erige una estatua a un conquistador. ¡Qué pena! Por lo general, los pueblos erigen estatuas a sus libertadores, no a sus dominadores. Así, lo más florido de una mentalidad absurda y reaccionaria -que considera el pasado como mejor que el presente- ha salido a la luz pública y se ha materializado en un monumento.

Mis ocupaciones laborales me impide en este momento contar, como se debiera, las historias de estos conquistadores. Pero ante las “fuertes aseveraciones” que hice, me siento comprometido con los lectores, a mostrar algunas de “mis evidencias”, que es lo que me permitió opinar.

Entiendo que no es trabajo de “todo el mundo” saber el pasado con cierto detalle, ese es el trabajo de los historiadores. Por ello citaré un texto que debiera ser harto conocido, pues no es difícil de conseguir. La pregunta a responder es: ¿porqué NO debiera hacerse un monumento a los conquistadores?

El texto que sigue no es de un antropólogo moderno o indigenista recalcitrante. Fue tomado de quien diera más de treinta años de su vida a la evangelización y fuera Obispo de Yucatán de 1572 a 1579: Fray Diego de Landa. Por favor, léase con detenimiento lo que escribió sobre algunas acciones que hicieron los conquistadores:

"Que los indios recibían pesadamente el yugo de la servidumbre, mas los españoles tenían bien repartidos
los pueblos que abrazaban la tierra, aunque no faltaba entre los indios quien los alterase, sobre lo cual se
hicieron castigos muy crueles que fueron causa de que apocase la gente. Quemaron vivos a algunos principales de la provincia de Cupul y ahorcaron a otros. Hízose información contra los de Yobaín, pueblo de los Cheles, y prendieron a la gente principal y, en cepos, la metieron en una casa a la que prendieron fuego
abrasándola viva con la mayor inhumanidad del mundo, y dice este Diego de Landa que él vio un gran árbol cerca del pueblo en el cual un capitán ahorcó muchas mujeres indias en sus ramas y de los pies de ellas a los niños, sus hijos. Y en este mismo pueblo y en otro que se dice Verey, a dos leguas de él, ahorcaron a dos indias, una doncella y la otra recién casada, no porque tuvieran culpa sino porque eran muy hermosas y temían que se revolviera el real de los españoles sobre ellas y porque pensasen los indios que a los españoles no les importaban las mujeres; de estas dos hay mucha memoria entre indios y españoles por su gran hermosura y por la crueldad con que las mataron”.

¿Dónde están las acciones honorables? “Apocase la gente”, “quemar vivos”, “ahorcar mujeres y a sus hijos colgarlos de sus pies”. ¿Dónde están la valentía de estos caballeros?

"Que se alteraron los indios de la provincia de Cochua y Chectemal y los españoles los apaciguaron de
tal manera que, siendo esas dos provincias las más pobladas y llenas de gente, quedaron las más
desventuradas de toda aquella tierra. Hicieron [en los indios] crueldades inauditas cortando narices, brazos y piernas, y a las mujeres los pechos y las echaban en lagunas hondas con calabazas atadas a los pies; daban estocadas a los niños porque no andaban tanto como las madres, y si los llevaban en colleras y enfermaban, o no andaban tanto como los otros, cortábanles las cabezas por no pararse a soltarlos. Y trajeron gran número de mujeres y hombres cautivos para su servicio con semejantes tratamientos”.

Capturar hombres para su servicio, asesinar en masa, quemar vivos, cortar narices, brazos y piernas, pechos a las mujeres, ahogarlas en lagunas (cenotes) dar estocadas a los niños como si fueran toros de lidia o cortarles las cabezas en brazos de sus madres. ¡Oh, estoy extasiado del humanismo! ¡Oh, quiero agradecer a estos caballeros haber venido a civilizar estas partes!

Landa no cuenta lo anterior con orgullo, en cierto sentido lo denuncia. Y es tan negativo que no olvidó deslindar a Montejo de ello: “Se afirma que don Francisco de Montejo no hizo ninguna de estas crueldades ni se halló en ellas, antes bien le parecieron muy mal, pero que no pudo (evitarlas)". No sabemos si tal deslinde fue real o lo hizo simplemente para evitarse problema con las autoridades de su tiempo.

Como sea, ¿estas son las honorables acciones de los conquistadores? ¿Por esto la Mérida de hoy pagó con una estatua a los Montejo?

Dice Don Juan Francisco Peón Ancona, cronista de Mérida, (DY 27/06/2010): “Es una realidad que los Montejo y sus compañeros de conquista son ilustres abuelos de los yucatecos, infinidad de los cuales, de diferentes clases sociales, llevan en sus venas la sangre de aquellos ilustres personajes. Revele usted a cualquier yucateco el parentesco que lo une con Montejo y verá brillar sus ojos de satisfacción, aunque algunos “no les convenga” manifestarlo. Cosas de complejos histórico-sociales.”

Gracias a Dios, yo “cualquier yucateco”, aunque blanco, barbado y pelón, no tengo ese nexo. Y si lo tuviera, no sería motivo de orgullo. No rechazo mis raíces hispanas, ni mayas, soy yucateco, pero en mi opinión, hay que ser retrazado moral o genocida (de calibre nazi) para vanagloriarse de lo que los conquistadores hicieron. Cosas de complejos histórico-sociales.

El monumento a los conquistadores Montejo

Por Iván Vallado Fajardo

Me ha caído de sorpresa que el Ayuntamiento de Mérida levante un monumento a los conquistadores Montejo (parece que al padre y al hijo, al sobrino no). Pero me puede más y me asombra la mala calidad de los argumentos para tal obra. Ojala se tratara del trío. Habría menos problema.
Lo más importante que se tiene que tener en cuenta, y eso debe saberlo todo buen político, es que un monumento se hace a alguien que moralmente lo merece, que como ancestro nos enaltece, que es una figura destacada por su valentía, honor y por sus acciones irreprochables de “amor al prójimo” (somos de una cultura cristiana).
Los Montejo no cumplen nada de lo anterior. HOY sus acciones pueden considerarse genocidas, destructivas, opresoras, autoritarias, etc. Hoy México como país y Mérida como ciudad, pertenecen al siglo XXI. Las convicciones políticas y morales en común entre los ciudadanos, mínimamente tienen que ver con el respeto a los Derechos Humanos, con el derecho a la autodeterminación de los pueblos, con el respeto a las diferencias culturales. Por tanto, es de lo más absurdo que he oído en mi vida hacer HOY una estatua a unos indianos avorazados, sedientos de poder, fama y fortuna que dieron al traste con poblaciones indígenas que no les habían hecho nada y las cuales destruyeron sin miramientos.
Si estuviéramos en 1610 entendería el hecho. En esa época no había democracia, no había sistema liberal, no había declaratoria de autodeterminación de los pueblos y no había declaratoria de los Derechos del Hombre y menos de los Derechos Humanos. Había un gobierno extranjero, sometiendo por la fuerza de las armas, el terror y el azote a la población natural de “su” colonia, en donde la opinión de los indígenas no contaba, pues eran considerados “cómplices del Diablo”.
En 1610, el monumento a Montejo hubiera sido una parte más del proceso de etnocidio. El segmento dominante (criollos, blancos), debió de hacer la estatua del fundador de su ciudad, para marcar hacia donde se iba como sociedad: hacia una cristianización forzada, hacia una explotación económica en especie y en trabajo de los indígenas, en donde “lo indio” debería desaparecer (ser “borrado” dice literalmente, por ejemplo López Cogolludo) o asimilarse a lo que dictaban sus amos. Y más o menos así fue.
Pero visto desde HOY en nuestra sociedad mestiza, este pasado no es glorioso, sino vergonzoso. Muchos indios lograron sobrevivir y sus descendientes, aunque hoy son católicos, no sienten esa destrucción como algo maravilloso que se deba agradecer. Al contrario, es una triste y en muchas ocasiones repugnante historia de opresión y dolor humano. De despoblamiento de aldeas, de muerte generalizada, de castigos físicos nefastos, de violación de mujeres, de indios que se dejaron morir por desgane vital porque en la realidad colonial no tenían lugar para tener una existencia digna y tratar de ser felices.
Hoy, por lo menos supuestamente, todos los mexicanos tenemos derecho a una existencia digna y la oportunidad de ser felices, y por eso una sociedad moderna no debe erigir una estatua a unos conquistadores, cualesquiera que sean.
Que el Cabildo aprobara el proyecto sólo demuestra que la mayoría de los regidores que dieron su voto son ignorantes (“incultos” decimos aquí), que no tienen ni idea de lo que debe ser trascendente en una obra moral y política de esta envergadura. Su visión acaso les da para balbucear una idea elemental “es que fue fundador”. Y la pregunta es ¿y qué? El hecho de ser fundador no significa nada en sí mismo. Hitler fundó el III Reich y los judíos de hoy no van a poner su estatua en Tel Aviv. No son tontos. Julio Cesar fundó Germania romana y no veo que los berlineses hayan erigido una estatua al conquistador romano.
Montejo fundó una colonia con los desastres que ya mencioné y eso hoy no es moralmente positivo. Además la ciudad no se fundó sobre la nada, sino sobre otra ciudad maya (T’ho) que fue demolida. Sus piedras habrán servido para hacer los edificios coloniales, las casas de los conquistadores, la catedral, etc. Algo terrible hoy, pero que en ese tiempo era lo normal.
Hay que entender el pasado con la moralidad del pasado, pero después de haberlo hecho podemos reconsiderarlo, juzgarlo con nuestra moralidad presente y determinar si es algo digno de festejo o no. Y me parece que honrar HOY a un tipo que fundó una ciudad sobre los cadáveres de otros seres humanos no suena a gloria. En fin. Parece que la propuesta llega varios siglos tarde o inevitablemente es reaccionaria y autoritaria.
Pero quizá estoy divagando de más, porque el asunto no parece tratarse de Historia, de Moral o Filosofía, sino simplemente de gastar un dinero que el Ayuntamiento de hoy no quiere dejarle a los priístas de la próxima semana.
Si el reivindicar a los Montejo hubiera sido una verdadera convicción ideológica del PAN, ¿por qué las autoridades panistas dejaron pasar casi 20 años y esperaron hasta el último minuto para hacerla? Seriedad señores.
Tras ganar la primera vez la alcaldía de Mérida, Ana Rosa Payán erigió su monumento a las haciendas henequeneras. Otra tara conservadora, pero, bueno, se notaba una posición política, un compromiso ideológico, no una salida mediocre.
Existen otros personajes de esa época que podrían merecer tal monumento, los comentaré en una próxima colaboración.

domingo, 4 de julio de 2010

Mitos y monumentos del monoculturalismo en Yucatán (2da. parte)

Por: Genner de Jesús Llanes Ortiz

A la crítica lanzada por un amplio sector de la sociedad yucateca a la erección del monumento a los Montejo, por haber sido quienes (entre otras cosas) iniciaron la práctica de discriminación hacia los indígenas en Yucatán, algunas personas han respondido que lo que justifica este monumento es que se trata de honrar a los Montejo en tanto que “fundadores” de la ciudad de Mérida. La intención, se ha dicho, es sólo rendir tributo a quienes "dieron origen” a este asentamiento, futura capital de Yucatán. Estos “conquistadores”, se afirma, quizás fueron crueles y violentos, pero igual lo fueron “los mayas”. Se llama a reconocer que a pesar de lo violenta que fue la “conquista de los mayas” ésta fue, al mismo tiempo, “una epopeya” en la que "un puñado" de españoles se enfrentaron y “dominaron” a los “mayas hostiles” que se oponían a la creación de “la ciudad”.

Sin embargo, esta versión de la “fundación” de Mérida no es sino otro de los grandes mitos del monoculturalismo yucatanense, el mito de que debemos SOLAMENTE a los europeos la existencia de esta ciudad. Este mito corre paralelo al de que fueron los españoles los que conquistaron México, y que investigadores como el historiador mexicano Federico Naverrete han cuestionado mostrando cómo, en relación al centro y norte de México, fueron mayoritariamente indígenas los que realizaron la conquista.

En el caso de Yucatán, no fueron los Montejo los que dieron origen al asentamiento que luego se conocería como Mérida. Cientos de años antes, en estas mismas lajas, existió Ichcaansihó, la ciudad de los “nacidos de la faz del cielo, o de la serpiente”. Esta ciudad maya formaba un complejo sistema urbano (al que se integraban otros sitios como Xoclán, Dzoyilá, ChenHó, Dzibilchaltún y Kanasín) que competía en dimensiones e importancia con Izamal, Uxmal y Chichén Itzá, de acuerdo con el arqueólogo catalán, avecindado en Mérida, Joseph Ligorred Perramón. Desde hace más de una década el equipo de investigadores que lidera “Pepe Ligorred” en el Ayuntamiento de Mérida (y del que forman parte mis entrañables amigos y compadres Esteban De Vicente Chab y Nereyda Quiñones Loría) ha ido develando con cada vez más precisión las dimensiones y estructura que tenía la antigua Ichcaansihó, a la que ellos llaman la “Mérida ancestral”, y cuya etapa de mayor esplendor pudo haberse registrado en el siglo VIII. Cuando el parte armado de "El Mozo" llegó a estas lajas, la compleja organización social y política que regía sobre la zona, había aparentemente desaparecido (aunque nueva evidencia demuestra que no fue así como veremos más tarde). Sin embargo, de acuerdo a algunas crónicas, aproximadamente 1,000 personas vivían aún entre los edificios en ruinas de lo que alguna vez fue Ichcaansihó. Las primeras crónicas mayas de la época colonial se refieren a este asentamiento como Noh Cah Ti Hoo (el Gran Pueblo, o Ciudad de Tihó).

Tihó (también escrito T’Hó, T-Hó, y en el alfabeto maya moderno Ti Jo’) significa en maya “el lugar de los cinco”. Una de las interpretaciones que se le ha dado al nombre es que éste se refiere a cinco pirámides o templos que aún se mantenían en pie. Pero como veremos más adelante, historiadores contemporáneos con un serio trabajo de archivo y análisis de las fuentes (entre los que se cuentan Sergio Quezada, Matthew Restall y Tsubasa Okoshi) han cuestionado esta interpretación y ofrecido una nueva manera de entender la continuidad cultural e histórica del lugar que se conoce también como Mérida.

Cuando “El Adelantado”, “El Mozo” y sus huestes llegaron a Tihó llevaban ya más de 15 años tratando de “conquistar” la región a la que habían puesto por nombre “Yucatán”. Creyendo que la conquista iba a ser aquí tan rápida como la de Tenochtitlán y el centro de México, “El Adelantado” decidió crear, muy al principio, una “ciudad” que rindiera homenaje a su pueblo natal, Salamanca. Así que, recién desembarcado en 1527 en la costa oriente de la Península, funda Salamanca de Xel-há. Este poblado no duró más de un año debido a la hostilidad de los mayas orientales y las (para los europeos) inadecuadas condiciones de vida que el lugar les ofrecía. Los intentos de “rendir homenaje” a la ciudad natal del “Adelantado” fracasarían una y otra vez en los enclaves de Salamanca de Xaman-há (1528) – hoy Playa del Carmen –, Salamanca de Xicalango (1529), Salamanca de Acalán (1530), y Salamanca de Campeche (1531). Fracasados también fueron los intentos de fundar Villa Real de Chetumal (1531), Ciudad Real de Chichén Itzá (1533), y Dzilam (1534).

¿Cómo fue, entonces, que en su tercer intento por conquistar Yucatán lograron los Montejo finalmente “fundar” la ciudad de Mérida? La respuesta nos la ofrece parcialmente el historiador yucateco Sergio Quezada en su libro “Los pies de la república”. Él nos dice que en 1540, Montejo El Mozo desembarcó en Champotón procedente de Tabasco, y después de “fundar” San Francisco de Campeche:

“Los conquistadores continuaron su avance hacia el norte (...). Allá se enteraron de que Ah Kin Chuy, sacerdote del pueblo de Pebá, predicaba la guerra de exterminio contra los españoles, y estaba formando una coalición con Nachí Cocom, el halach uinic de Sotuta. El sobrino del adelantado, advertido por los mayas aliados, se adelantó al ataque y capturó al sacerdote. Este éxito militar alentó a los mayas amigos para continuar abasteciendo de víveres a los españoles; se sumaron a los que El Adelantado envió a su hijo, e hicieron posible que éste, a mediados de 1541 y con unos 300 soldados, avanzara hasta Tihó, en donde fundó la ciudad de Mérida el 6 de enero de 1542. Allí nombró el primer cabildo y repartió los pueblos en encomienda. (subrayados míos; p. 70)”

La ayuda prestada por ciertos “linajes” mayas a los españoles no es algo recién descubierto. Varios historiadores yucatecos antes de Quezada, ya habían reportado estos acercamientos. Para que no se diga que sólo nos basamos en una versión de la historia peninsular, citamos aquí de nuevo al historiador hispanista Jorge Rubio Mañé. Él nos cuenta que durante todo el año 1541 los Montejo avanzaron penosamente hacia el norte. Y que fueron los Xiu de Maní, a quienes él llama “los tlaxcaltecas de Yucatán” quienes se acercaron a ofrecerle su apoyo a los españoles. Fue así que éstos llegaron a Tihó donde decidieron establecer una vez más un poblado español al que, en lugar de llamar Salamanca, llamaron Mérida, ya que los templos que se conservaban les recordaron los vestigios de la antigua ciudad romana que es hoy capital de Extremadura, en España. Pero la ayuda de los Xiu no se limitó únicamente a facilitarles la llegada a los Montejo. Al respecto nos sigue contando Rubio Mañé:

“Sucedió que el 10 de junio de 1542, cuando aún contaba Mérida cinco meses de edad, fue sitiada por un numeroso ejército, inmenso, compuesto de las tribus más valerosas de la raza maya, los Cupules y Cochuahes del Oriente, comandados por el fiero y altivo cacique de Sotuta, Nachi Cocom. Venían con la intención de acabar con todo ser humano que no fuera de su raza. La lucha fue tremenda. En ambos lados se hizo derroche de heroísmo. Tutul Xiu con su gente de Maní, fiel a los españoles, había venido en auxilio de Montejo y para exterminar a su odiado enemigo, el señor de Sotuta, Nachi Cocom.(…) El resultado de la batalla fue desastroso para los sitiadores. Montejo obtuvo a grandes esfuerzos el triunfo y el hecho consolidó ya finalmente el dominio de los españoles sobre los mayas.” (énfasis agregado; 1943, pp. 11-12)

Como se observa, ambas interpretaciones históricas dejan bien claro no sólo que los mayas permitieron que los Montejo llegaran y se establecieran en Tihó, sino además, que les proveyeron alimentos y apoyo militar para que pudieran sobrevivir en este asentamiento. Es decir, sin los mayas aliados Mérida, la de Yucatán, no existiría.

¿Pero, quienes eran estos mayas aliados? ¿Por qué se habían hecho “amigos” de los españoles? ¿Y qué tan importante fue su papel en la “fundación” de Mérida?

Los Xiu no fueron los únicos “aliados” de los españoles. También lo fueron los Cheles de Dzilam y los Peches de Chicxulub quienes gobernaban amplias zonas de la región centro-norte de Yucatán (ver mapa). Las razones por las cuáles los Xiu, los Cheles y los Peches vieron en los Montejo, aliados confiables y leales, aún se siguen discutiendo (ver trabajos de Clendinnen y Okoshi). Es evidente, que entre los distintos “señoríos” o cuuchcabalob mayas (es decir, las comarcas político-territoriales entre las que se dividía el territorio peninsular) había rencillas y odios políticos añejos. Y que fue esta división, así como las decisiones (equivocadas, pero que demuestran la posición activa de los nativos respecto a la “conquista”) tomadas por estos linajes gobernantes las que hicieron posible la “colonización” de Yucatán, que como la historia de los siglos siguientes demuestra, nunca fue total. Pero lo que es evidente es que, por si solos los españoles nunca hubieran podido establecer su dominio colonial en la Península.

Un último punto a abordar respecto a la “fundación” de Mérida es el que nos propone Matthew Restall en el libro The Maya World: Yucatec culture and society, 1550-1850. Con base en un minucioso y crítico análisis histórico, Restall nos propone que la unidad social y política básica de los distintos “señoríos” mayas del siglo XVI era el cah, o pueblo, que se refiere no a la idea romántica alemana de "nación" sino a la de "poblado, comunidad". Restall trata de demostrar que las unidades políticas mayas más grandes se organizaban en combinaciones de cahob (plur. de cah) antes de la “conquista”… pero también después. Y es respecto a este punto que lo que él llama “Mérida-Tihó” aparece como uno de los mejores ejemplos de continuidad de la estructura social de los mayas.

Restall nos dice que el sitio de Tihó era ocupado por un complejo de cahob independientes aunque asociados y que en el centro se encontraban las ruinas de Ichcaansihó que aún eran usadas como centro ceremonial. Esta información abre la posibilidad de interpretar Tihó como “el lugar de los Cinco Pueblos”. La substitución del centro ceremonial de Ichcaansihó por la traza española que se nombró Mérida, de acuerdo a los datos que reporta Restall, puede verse como una “cierta continuidad semiótica al tiempo que geográfica de la distribución urbana”. Pero lo más importante que señala es lo siguiente:

“Los cinco cahob de Tihó continuaron funcionando como comunidades mayas, desde sus batabob [mal llamados “caciques”] hasta las estructuras de sus plazas centrales, aunque solamente estaban a unos cuantos pasos de la plaza mayor de Mérida y eran consideradas por los españoles como los barrios de su ciudad” (mi comentario entre corchetes, p. 31)

Estos cinco barrios son los que conocemos como Santiago, Santa Ana, La Mejorada, San Cristóbal y San Sebastián. Para finalizar con el análisis de Restall, me permito citar una vez más las conclusiones a las que llega después de examinar más de 200 actas notariales escritas en maya:

“A pesar de la inevitable intrusión del mundo español en los cahob-barrios, es importante subrayar la sobrevivencia de la organización e identidad del cah hasta el final mismo del periodo colonial” (p. 36)

Cualquiera que conozca la lengua maya y que haya platicado en esta lengua con personas provenientes del interior del Estado sabe que, hasta la fecha, éstas se refieren a Mérida como Tihó, o simplemente como Jo’ (en la nueva ortografía maya). El punto aquí es que Mérida es Tihó, Tihó es Mérida, y ambas son una continuidad de Ichcaansihó, lo que hace de esta ciudad el lugar que ha tenido la ocupación humana más larga que se tenga documentada en la historia de la Península de Yucatán. Mérida, la “ciudad blanca” fue, desde el principio, y sigue siendo una “ciudad maya”.


RESUMIENDO, lo que he querido mostrar con esta larga digresión histórica es que en la justificación que se hace para homenajear a los Montejo como “fundadores” de Mérida se está nuevamente ignorando y manipulando la historia. Se invisibiliza así la contribución de otros grupos y personajes a quienes se debe en buena medida el origen, permanencia e identidad de la capital yucateca. Tihó precede y forma parte de Mérida. Esta ciudad simplemente no existiría sin el apoyo brindado por los Xiu, los Peches y los Cheles a los Montejo. La ciudad no hubiera sobrevivido sin los cahob-barrios que le proveían alimento y mano de obra. ¿Y entonces dónde figuran todos estos actores en el proyecto que pretende conmemorar la "fundación" de la ciudad? ¿Por qué no aparecen al lado (en el mismo nivel y en el mismo pedestal) de los Montejo, Tutul Xiu, Ah Nakuk Pech y Namux Chel?

La respuesta descansa en lo que he venido llamando el monoculturalismo hispanista y que predomina en la interpretación oficial de la historia regional. Y éste está fundado, como traté de demostrar en mi artículo anterior, en la discriminación y el racismo con los que los españoles y quienes se consideran sus descendientes han tratado a los mayas, sin importar que éstos fueran sus aliados circunstanciales. Los Xiu no tardaron en comprobar ésto cuando el obispo Diego de Landa decidió escarmentar a aquellos nobles y sacerdotes que seguían practicando y creyendo en la antigua religión.

Invisibilizar la contribución de los mayas a la formación de Mérida-Tihó es también discriminarlos. El monoculturalismo actúa así al querer reconocer y resaltar SOLAMENTE UNA de las múltiples contribuciones históricas y culturales que definen a los meridanos. ¿Cómo hablar de “fundación” cuando se trata más bien de una nueva etapa, dolorosa, rica, conflictiva y creativa, en la historia de la región? Esto sólo se puede hacer ignorando selectivamente la historia previa y el papel activo (y ciertamente contradictorio, pero actuación al fin y al cabo, y no pasividad) de los mayas a fin de resaltar la superioridad de los europeos. De esta forma, el imaginario monoculturalista se vuelve un imaginario racista, del cual abundan ejemplos en la historiografía peninsular. Como dice el historiador Federico Navarrete:

"Esta respuesta significa que el periodo indígena de nuestra historia murió [...], y que desde entonces México es otra cosa —cristiano, occidental, colonizado, mestizo, moderno, democrático, lo que sea, pero ya nunca más indígena. [...] Esta respuesta es, en suma, la justificación última del poder de las élites occidentales y occidentalizantes en nuestro país."

¿Qué respuesta dar ante este hecho? Me parece que hay muchas posibilidades y que la erección arbitraria (sin consulta previa por parte de las autoridades municipales e impuesta como un “compromiso histórico” sin revisar críticamente la historia regional) del monumento a los Montejo nos brinda la oportunidad de transitar desde una interpretación histórica y un Paseo monoculturales a un Paseo y una nueva actitud interculturales. Este será el título y el tema de mi siguiente artículo.

Mitos y monumentos del monoculturalismo en Yucatán (1ra. parte)

Autor:Genner de Jesús Llanes Ortiz


La reciente erección del monumento a Los Montejo (los conocidos en la historia de la Conquista como “El Adelantado” y “El Mozo) ha abierto de nuevo la discusión acerca del legado histórico y cultural que la irrupción de los europeos en el siglo XVI ha tenido en la configuración de la sociedad yucateca del siglo XXI. Debido a la larga e irresuelta historia de explotación y marginación de las sociedades indígenas que la colonización trajo consigo, nosotros, los mayas del siglo XXI no podemos dejar de señalar nuestra incomodidad, por decir lo menos, y nuestro enojo, por decir lo más, ante la forma en que con el “cumplimiento” de este “compromiso histórico” para con los Montejo se siguen reproduciendo los mitos monoculturales sobre los que se basa en gran medida la discriminación que todavía padecemos en nuestras personas, comunidades, lengua y cultura.
Aunque son varios los mitos que continúan prevaleciendo alrededor de la conquista y colonización de México y Yucatán, en este artículo (y otro que publicaré después) únicamente me referiré a dos de ellos: el mito de que homenajear a los “conquistadores” es un acto neutro que simplemente reconoce un hecho histórico lejano que nada tiene que ver con la situación contemporánea, y el mito de que solamente los europeos participaron en la “fundación” de las ciudades del “Nuevo Mundo”.
Respecto al primer mito, el monumento a los Montejo rinde tributo a dos personas que, en el siglo XVI, encabezaron a un numeroso grupo de forajidos y aventureros en su empresa de “pacificación” de América; y quienes a su llegada impusieron una forma de sociedad en la que la posición que ocupaban los grupos y las personas en ella estaba basada en la pureza de “sangre” (europea, se entiende) que corriera por sus venas (ya que en ese tiempo el concepto “raza” no había alcanzado el auge que tuvo en el siglo XIX como fundamento para la discriminación). Las categorías creadas dentro de este sistema se conocen como “castas”, y en la cumbre de la pirámide social estaban los españoles "puros", muchos de ellos descendientes directos de los conquistadores. La idea de las “castas” y de la pureza de “sangre” eran las bases ideológicas que justificaban la explotación, el maltrato y el abuso al que los nativos de América fueron sujetos durante el periodo colonial.
Para que no quede duda de que la violencia fue la forma en que los Montejo llevaron a cabo esta tarea “civilizadora” en Yucatán, éstos consagraron en piedra el principio de la superioridad europea en el pórtico de la que se conoce como “Casa de Montejo” (ver foto, cortesía de Wikimedia Commons). La imagen, que habla más que mil palabras, refleja la brutalidad con la que los “conquistadores” concibieron su tarea en Yucatán: la imagen desproporcionada del soldado español (presuntamente alguno de los Montejo) se yergue dominante y amenazadora sobre las diminutas cabezas sin cuerpo de los nativos sojuzgados, quienes gesticulan presuntamente de dolor (que no de alegría) al recibir la “preciada herencia cultural de sangre (sic), lengua y religión” que los “conquistadores” candorosamente les traían.
Esta imagen no fue sólo apropiada por los “conquistadores” españoles de aquél siglo, sino que su “encanto” ha cautivado a yucatecos de pensamiento hispanista y elitista hasta bien entrado el siglo XX. Los yucatecos hispanistas, los “sin complejos”, los que nos imponen con su monumento una versión unilateral y monocultural de la historia regional están representados aquí por el difunto historiador yucateco Jorge Rubio Mañé que sin tapujos describía este brutal frontispicio en los siguientes términos:

“Un hermoso pórtico con figuras alegóricas a la epopeya de la conquista se yergue majestuoso a la vera del clásico zaguán que diera entrada al solar de los fundadores de la ciudad. Allí está desdeñando el tránsito de las centurias y los tráfagos modernos. Allí está señalando la cuna de la sociedad yucateca.” Los Primeros Vecinos de la Ciudad de Mérida de Yucatán, 1943, pp. 25.


La palabra clave aquí es, desde luego, “desdeñando”.
La Mérida de los Montejo fue concebida como centro y símbolo de dominación colonial de los pueblos mayas. De ahí es que aparentemente se deriva su más famoso apelativo: “ciudad blanca”, de acuerdo con el investigador francés, avecindado en Yucatán, Michel Antochiw, en la obra “Yucatán en el tiempo”. “Ciudad blanca” hace referencia al deseo de los primeros “avecindados” de que Mérida fuera una ciudad exclusiva de “los blancos”, un bastión inexpugnable para protegerse de “los indios”, aspiración que tuvieron que abandonar con el tiempo ya que –como expondremos en el siguiente artículo – la existencia de Mérida sería imposible sin los mayas y otros grupos culturales.
Vistas las cosas desde este par de datos históricos (y guardadas las debidas proporciones), pedirles a los descendientes de los pueblos que fueron sujetos a esta violencia y exclusión que no seamos “acomplejados” o, – como paternalistamente lo ha sugerido el cronista Peón Ancona– que abandonemos nuestro “complejo de malixes” (corrientes, "sin casta"), equivale a pedirles a los afroamericanos que olviden la violenta historia que hizo esclavos a sus antepasados, o pedirles a los judíos que ignoren el papel de los ideólogos nazis en relación con el Holocausto que sufrieron durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde luego, el cronista Peón Ancona no se considera una persona "acomplejada" ya que claramente su campaña personal por la erección de este monumento se entiende más que nada como un “auto-homenaje” familiar, especialmente cuando transluce el hecho de que él mismo – por virtud de uno de sus apellidos – se considera descendiente directo de estos “conquistadores”.
Esta “celebración” parcial, personal y acrítica de la historia regional sería un simple chascarrillo si no fuera porque las bases ideológicas y culturales de la exclusión y subordinación de los pueblos indígenas que sentaron los “fundadores” de Mérida ha definido y continúa definiendo la forma en que se desarrollan las relaciones entre los distintos grupos sociales que habitan hoy el Estado y la Península.
En los cinco siglos que han seguido a la llegada de los europeos, baste mencionar como datos históricos, la explotación a la que fueron sujetos los pueblos y, particularmente, las mujeres mayas durante la Colonia (el historiador yucateco Sergio Quezada, por ejemplo, reporta que las tejedoras de mantas de algodón –que formaba parte del tributo que los pueblos mayas debían entregar a la administración colonial– literalmente morían sobre sus telares extenuadas por el cansancio), la usurpación de las tierras comunes de los mayas orientales que –aunada a muchos otros factores– desencadenó la violentísima y tristemente célebre “Guerra de Castas” en el siglo XIX, y por último la semi-esclavitud a la que fueron sujetos miles de trabajadores mayas en las haciendas henequeneras a finales del siglo XIX y principios del XX (y que en muchas comunidades mayas aún se recuerda como “u k’iinil esclavitud” –el tiempo de la esclavitud).
La continuidad histórica de esta relación desigual y violenta entre los que se han visto y siguen viéndose como descendientes de los “españoles” y los “mayas” (a pesar del supuestamente hegemónico discurso del “mestizaje”) desmiente la “ingenua” proposición de que "los hechos de la conquista" son cosa del pasado y que quienes insistimos en apuntar a su relación con el presente debemos superar nuestros "complejos histórico-sociales".
La insultante condescendencia de esta afirmación insiste en ubicar la discriminación en el imaginario del discriminado. Desafortunadamente, una exploración crítica del presente nos demuestra que el desprecio y el racismo existen más allá de las mentes de los “colonizados” como demuestran las expresiones de discriminación documentados por Alicia Castellanos (ver en especial la viñeta “Los mayas según las señoras de Mérida” o las siguientes gráficas tomadas de la primera encuesta nacional sobre discriminación publicada por el CONAPRED en 2005.
Grafica 1.
Porcentaje de personas que están de acuerdo con la idea de que los indígenas tendrán siempre una limitación social por sus características raciales: 42.9%
Grafica 2.

En el caso yucateco, la discriminación que sufren los mayahablantes (descendientes culturales, que no "raciales" de los mayas del siglo XVI) permea las instituciones de justicia (como lo ha demostrado fehacientemente el equipo Indignación en el caso de don Ricardo Ucán Seca), las instituciones educativas, y las relaciones entre personas que tienen apellidos mayas y las que no, entre otros muchos ejemplos.
Como dice mi paisano ticuleño Ermilo López Balam, el caso de la erección del monumento a los Montejo muestra claramente como, para un reducido grupo de meridanos que observa la historia regional con lentes monoculturalistas y elitistas, “Yucatán sólo es Mérida, el Municipio es sólo la Capital”. Es decir, que se imaginan a Mérida como un lugar sin presencia maya, a pesar de que la mayoría de los habitantes de sus comisarías son mayahablantes.
Pero, como expondré en el siguiente artículo, la historia de Mérida es mucho más diversa y rica que “el legado” que presuntamente nos dejaron los Montejo, y es en la falta de reconocimiento a los demás protagonistas de la historia donde se manifiesta más claramente el sordo y ciego monoculturalismo que prevalece en los círculos de pensamiento hispanista y elitista de Mérida, la de Yucatán. (Continuará)

sábado, 3 de julio de 2010

La estatua y los pájaros

* Publicado por Raúl H. Lugo Rodríguez
* Junio 29, 2010

“Yo he visto más de una vez mujeres que trabajan día y noche en tareas abrumadoras. Con violencia se las forzaba a entrar en un lugar, y ahí se las encerraba con los hijos que estaban criando, como si estuvieran condenadas a prisión. A causa del trabajo excesivo las mujeres preñadas padecen abortos; las madres lactantes no pueden amamantar lo suficiente a sus hijos. Los hombres encargados de tal obra tienen ocasión para ofender a Dios. Yo hablo como uno que sabe, pues yo he visto que tan injustamente se hace todo esto. Quienes exigen tal tributo, pecan, y están obligado restituir dondequiera que puedan”.

Estas son palabras de Fray Alonso Gutiérrez de la Vera Cruz. “Los hombres encargados de tal obra”, a quienes el fraile acusa, eran, ni más ni menos, los aventureros que llegaron de ultramar, paisanos del religioso denunciante, aventureros que escudándose tras el discurso religioso de la expansión del evangelio, vinieron a este continente para matar, saquear y despojar. No es Fray Alonso de la Vera Cruz el único testigo de las atrocidades cometidas en la invasión europea a este continente por quienes, empuñando la cruz y la espada, vinieron a apoderarse de tierras que no les pertenecían y a sojuzgar naciones con lujo de crueldad.

También Fray Bartolomé de Las Casas, al hacer suya la defensa de los pueblos originarios de estas tierras, nos relata:

“Los españoles entraron y conocieron a ovejas mansas, y no han hecho, de cuarenta años a esta fecha, hasta hoy, y hoy en este día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas maneras, nunca antes vistas ni leídas, de crueldad, de las cuales unas pocas se dirán abajo…

“En la isla española, que fue la primera… entraron los cristianos y comenzaron los grandes estragos y perdiciones para estas gentes… destruyeron y despoblaron, comenzando los cristianos a tomar mujeres e hijos a los indios para servirse y para usar mal de ellos, y comerles sus comidas que de sus sudores y trabajos salían… y tras muchas otras fuerzas y violencias y vejaciones que les hacían, comenzaron a entender los indios que aquellos hombres no debían de haber venido del cielo… Los cristianos les daban de bofetadas y puñadas y palos… y llegó a tanta temeridad y desvergüenza, que al señor de toda la isla, un capitán cristiano le violó por fuerza a su propia mujer…

“De aquí comenzaron los indios a buscar maneras de echar a los cristianos de sus tierras… éstos, con sus caballos y espadas y lanzas comenzaron a hacer matanzas y crueldades: entraban en los pueblos, no dejaban niños ni viejos, ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaran e hicieran pedazos… hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de sus madres y daban de cabeza con ellas en las peñas… hacían unas horcas largas, que juntasen casi los pies a tierra, y de trece en trece, en honor y reverencia de Nuestro Redentor y los doce apóstoles, les ponían leña y fuego y los quemaban vivos… Comúnmente mataban a los señores y nobles de esta manera: hacían unas parrillas de varas sobre horquetas y los ataban a ellas y les ponían por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos en aquellos tormentos desesperados, se les salieran las almas… Yo vi todas las cosas arriba dichas y muchas otras…”

Estas y otras atrocidades cuentan los testigos oculares de la conquista. No obstante ello, una extendida y cultivada mentalidad ha hecho que en Yucatán los conquistadores, de manera difícilmente compresible, sean vistos como héroes a quienes debe rendírseles pleitesía y estarles eternamente agradecidos.

No hay hoy nadie que pueda argumentar desconocer las lindezas de las que nos hablan los frailes de la Vera Cruz y Las Casas. Se han convertido en historia conocida, incluso enseñada en las escuelas. Y cuando uno pensaría que una nueva conciencia ha sido sembrada con el conocimiento de estos antiguos testimonios de la crueldad de los conquistadores, surge un nuevo fraccionamiento que lleva su nombre o se les hace un monumento que resulta ofensivo para quienes, con dos dedos de frente, se preguntan quién o quiénes toman las decisiones sobre qué cosas poner arriba de un pedestal y cuáles tirar al bote de la basura de la historia.

No deja, sin embargo, de dolerme que haya tan poca reacción a este tipo de decisiones infamantes. Lo mismo ocurrió cuando se construyó un monumento a “las haciendas”, como si hubiera algo de qué enorgullecerse de esa triste, lastimosa etapa de disfrazada esclavitud de nuestra historia regional. Lo mismo sucede todavía hoy, cuando nos enteramos que en muchas comisarías los alcaldes imponen las autoridades a los pobladores, como si fueran menores de edad y, a las mismas personas que defienden a capa y espada su derecho al voto en cualquier casilla electoral, les parece lo más normal porque se trata de comunidades mayas.

Es vergonzoso que apenas hace tres años se haya reconocido en la constitución del estado la existencia del pueblo maya. Pero indigna aún más que tal precepto constitucional se haya quedado en una mera declaración y que hasta hoy no se haya creado ningún mecanismo para hacer operativa la autonomía a la que el pueblo maya tiene derecho. Un estado, constituido en más de 50% por integrantes del pueblo maya, tiene que soportar en su capital un monumento erigido en honor de quienes los sometieron y sojuzgaron, sentando las bases de una discriminación que perdura más de quinientos años después. Como si se pudiera hacer una celebración pública de la tortura y la esclavitud, que eso representan los Montejo, que fundaron una ciudad sobre la cruenta destrucción y ruina de otra.

Desde este rincón del ciberespacio lanzo, pues, una convocatoria. El próximo martes 12 de octubre de 2010 podemos hacer una manifestación en el inicio del Paseo de Montejo, para derribar la estatua que fue recientemente colocada para vergüenza de los que habitamos en estas tierras. Sin nuestro permiso la pusieron, sin el permiso de ellos la derribaremos. De julio a octubre habrá mucho tiempo para que esta invitación circule por la red, crezca la convocatoria y para que personas y organizaciones interesadas planeen los detalles para mejor realizar esa acción reivindicatoria. Como bien dijera el subcomandante Marcos: las estatuas son mudas e inmóviles, mientras que los pájaros son libres, y ya se sabe que los pájaros, de cuando en cuando, suelen cagar sobre las estatuas.